Tita, un nuevo miembro en la familia de los más grandes elefantes
Los inicios se encuentran en Cabárceno, un parque
natural donde una gran manada de elefantes vive a gusto gracias a los cuidados
y atenciones de una serie de personas. El nacimiento de un nuevo el elefante es
uno de los pilares que sostiene a la manada alegre y feliz. Este comienzo tiene
lugar en el momento en el que el elefante macho corteja a la hembra. Todo
empieza cuando Pambo se acerca a Kira. Parece que hay complicidad y ambos
comienzan a frotarse. El miedo de cualquiera a no ser correspondido parece que
para Pambo y Kira no supone un problema.
La pareja comienza el juego del gato y el ratón.
Kira, como en ocasiones hace la mujer, huye de Pambo y este, cual calzonazos,
tendrá que perseguirla. Este juego es el indicio de que en un futuro se
producirá el apareamiento. Ahora bien, Kira parece que se resiste, pero Pambo
no se dará por vencido. Los roces de cuerpo y los abrazos de trompas cada vez
son más frecuentes y hoy Pambo ha decidido perfumarse y agitar sus orejas para
esparcir su aroma a tal distancia que Kira puedo percibir su olor. Los dos
pueden denominarse ya una pareja; a pesar de su diferencia de edad, sus lazos
son fuertes. Pero, Kira es muy atractiva y otros machos se acercan a su
cortejo. Pambo es fuerte y maduro, ninguno de esos jóvenes elefantes inmaduros
le podrá arrebatar a Kira. Ya es oficial y una buena noticia será comunicada al
resto de la manada. Un nuevo miembro se unirá a formar parte de la familia.
Pero hasta ese momento, una larga espera que llegará nada más ni nada menos que
a los 22 meses y 12 días.
El nacimiento del bebé elefante llega pisando fuerte.
Revoluciona a las hembras de la manada, quienes riñen por atender al pequeño
paquidermo de quince días. Como el periodo de gestación de la elefanta ha sido
tan largo y no se repite hasta pasados cuatro o cinco años, ha alegrado el día
a día de estos voluminosos animales y parece que lo que era tan esperado puede
ser por fin objeto de disfrute. Ahora que la pequeña elefanta se ha incorporado
a la manada, su madre junto con su abuela y matriarca de la manada Penny y su
tía Laura se vuelcan al cien por cien en atender al nuevo miembro de la
familia. Parece un juguete, pero la pequeña elefanta pesó 90 kilos y su culo
inquieto hace que la tarea de sus cuidadoras sea más agotadora de lo normal.
El cuidado de un bebé sería insoportable para una sola
hembra. El periodo de adaptación de la pequeña durará cuatro años y la madre
necesita tranquilidad para producir la leche, por eso la tarea del cuidado debe
ser compartida. La pequeña aún no tiene un alto nivel de instinto de
supervivencia, por lo que es tan dependiente de sus cuidadoras. Aún así, la
elefantita es rápida para aprender nuevas habilidades mediante la observación y
es elogiada cuando hace cosas bien, pero también regañada cuando no sigue las
reglas.
Sus cuidadoras y protectoras Kira, Penny y Laura son el
vivo reflejo de tres mamás que atienden a un bebé y la pura personificación del
instinto maternal. Como en cualquier familia, todos observan los primeros pasos
de la pequeña y cómo, sin darse cuenta, se balancea hambrienta alrededor de sus
tres cuidadoras abalanzándose sobre las mamas de su abuela. La chiquitina es
inquieta e inocente pero pronto se dará cuenta de que quien la amamanta solo es
una de ellas.
El gran instinto maternal de Laura la ha hecho
posicionarse como la tía y a su vez una de las cuidadoras de la elefantita. Las
tías ocupan la posición más inferior en la jerarquía de la manada de los
paquidermos pero en este caso no ha sido así, ya que Laura no forma parte del
rango inferior y no es hermana de Kira.
La elefantita forma parte de la segunda generación nacida
en Cabárceno, es decir su madre Kira es la primera elefanta africana que nace
en el parque y en España, donde ya han venido al mundo quince ejemplares.
La pequeña elefanta a la atención de sus cuidadoras |
Antes de dar a luz a este bebé, Kira tuvo a Cristina, pero
debido a una lesión en una pata, su
madre no se hizo cargo de su socialización en la manada. En condiciones
naturales, el pequeño paquidermo habría muerto, pero los responsables del
parque la criaron a biberón.
Con cinco años, en el momento en el que se intentó
reincorporar a Cristina en la manada, el resto de elefantes no la aceptó. La
llegada de Jumar cambió todo. Este macho acepta su presencia y con él Cristina
aprende a integrarse. Jumar procede del Safari Park Vergel de Alicante y estaba
destinado a un zoo francés, su paso por Cabarceno solo era temporal. Aún así,
debido a su gran labor respecto a Cristina, el programa europeo de especies
protegidas (EEP) se plantea la posibilidad de que se quede.
Cristina entrará pronto en edad fértil. Este aspecto puede
ser positivo para la integración, para que así la miren de otra manera. También
se convertirá en la última de la manada en la jerarquía, por lo que se
convertirá en tía y cuidadora de la elefantita. Es probable que todo esto la
ayude en su socialización.
Otro factor se les suma a todos estos. Se ha confirmado
que Hilda está preñada y se sospecha que Brisa también lo está. Esto dará la
oportunidad a Cristina de cuidar de las crías y ser aceptada por el resto de la
manada.
La elefantita aún sin nombre es llamada Tita (de
elefantita) por los cuidadores del parque. Como anunció el consejero de Turismo,
los escolares cántabros deciden su nombre. Está claro que tanto Tita como
Cristina, las pequeñas elefantas, dan guerra y su presencia no pasa
desapercibida para ninguno de los visitantes.
Cabárceno, su hogar
La pequeña Tita no ha dejado de ser un apasionante
proyecto científico desde el minuto uno de su gestación y nacimiento. Por eso
el parque está integrado y colabora en programas específicos de protección de
especies en peligro de extinción, uno de ellos el elefante. Asimismo participa
con las asociaciones más importantes como EAZA (Asociación Europea de Zoos y
Acuarios) y AIZA (Asociación Ibérica de zoos y acuarios).
Este lugar, Cabárceno, alberga en su interior al mayor
número de elefantes nacidos y criados en cautividad del mundo. Desde el
gobierno de Cantabria se afirma que estas, sus instalaciones, son unas de las
mejores y mayores del mundo en la que los elefantes viven en cautividad. Así
que no se pueden quejar. El lujo a disposición de los más grandes. Asimismo la
instalación es pionera a nivel mundial en trabajos de investigación
relacionados con la reproducción del elefante africano, en colaboración con la
Universidad de Gottingen y el Deutsches Primatenzentrum en Alemania.
Las mamás elefantas como Kira reciben un especial cuidado
porque Cabárceno tiene a su disposición un estudio de su ciclo sexual. Este
programa ha dado como resultado el poder conocer desde si la hembra es fértil
hasta saber el momento en el que se producirá el parto.
Recinto de los elefantes en Cabárceno |
Pero los papás no quedan desatendidos. Se desarrolla un
estudio sobre su comportamiento. Gracias a estos programas se ha podido conocer
los motivos de la gran agresividad que muestran los machos en determinadas
ocasiones como cuando otros elefantes se interpusieron en la conquista de Pambo
a Kira. Este fenómeno es conocido como Musht.
Desde que Cabárceno abrió sus puertas en 1989, son quince
las crías que han nacido en sus instalaciones, de las cuales ocho son hembras
adultas, un macho adulto, dos machos jóvenes y un macho y tres hembras
subadultos. Gracias a este dato, el parque de Cabárceno se ha convertido en la
mayor reserva de elefantes africanos del mundo fuera del continente de origen
de esta especie. Tiene 25 hectáreas y cuenta con un gran establo de más de mil
metros cuadrados y una piscina con capacidad para más de 5 millones de litros
de agua.
Sin duda el recinto en el que la pequeña va a disfrutar de
la vida es el mejor entorno para ella. Junto a sus cuidadoras y familia están
también las personas que en caso de riesgo se encargarán de supervisar tanto a
Tita como a todos los miembros de la manada.
Junto a Tita y toda su manada hay toda una variedad de
posibles amigos que también forman parte de su mismo entorno y que al igual que
ella disfrutan de las instalaciones. En Cabárceno conviven un centenar de
especies animales de los cinco continentes en régimen de semilibertad.
Coexisten una o varias especies distribuidas en los diferentes recintos de
grandes superficies. Algunos de sus compañeros son el avestruz, la cebra, la
jirafa, el dromedario, el gorila, el hipopótamo, el león… Esto es muestra que
saben vivir con animales que no son de su especie, ante todo integración e
igualdad también animal.
Personas ajenas a la instalación del recinto tienen la
posibilidad de entrar en estas instalaciones y observar y disfrutar de cómo los
animales pasan el tiempo y se relacionan unos con otros, así como también su
reacción al ver como no paran de aparecer invitados a ver su hogar y pasar la
tarde. Pero todo esto tiene un precio, no podemos invadir su lugar de
residencia sin haber pagado antes veintiún euros. Si eres un niño de seis a
doce años estás de suerte porque pagas trece. Y si formas parte del
ayuntamiento al que pertenecen las instalaciones, aún más de suerte porque
estos animalitos son tus vecinos y puedes hacerles visitas, sin tener que
pagar. Estas visitas se pueden hacer a partir de las diez de la mañana hasta
las seis de la tarde.
Los elefantes, los más grandes pero también los más dóciles
En definitiva nos encontramos ante el animal terrestre más
grande del planeta. Se puede diferenciar entre el elefante asiático y el africano.
Ambos pueden llegar a medir alrededor de los tres metros y pesar de los cinco
mil a los seis mil kilos. Pero no es para asustarse, ya que a pesar de su
corpulencia el elefante es un animal dócil y que se deja querer por el ser
humano. Es dócil pero no tonto. En caso de que se vea amenazado por otros
animales y por el ser humano los colmillos que les aparecen a los dos años
sirven de defensa tanto para machos como hembras. El desgaste de estos nos
indica si el animal es diestro o zurdo, si el más desgastado es el derecho, el
animal es diestro y viceversa. Como a todos, a estos gigantes les llega la hora
de decir adiós al mundo. Esto suele darse entre los sesenta o setenta años.
Marta F. Jiménez
Me ha gustado.. pedazo de post de los elefantes!!
ResponderEliminarCabarceno